viernes, 9 de julio de 2010

Y ahora resulta que Alfonso Robledo se preocupa por el medio ambiente

Y ahora resulta que el diputado Alfonso Robledo, vicepresidente de la Comisión de Desarrollo Urbano del Congreso, está defendiendo al Río Santa Catarina. Él, que el pasado 31 de marzo votó a favor de la entrega de 25 hectáreas de patrimonio público en beneficio de un privado, y que al hacerlo tomó una postura en contra del Río La Silla.

Dice el claridoso diputado que no es prudente que los locatarios del mercado San Luisito vuelvan a ocupar el terreno que tienen en comodato. Alude a la imprudencia de reinstalarse lo antes posible debido a que “estar ahí puede ser fatal”, dijo a un periodista.

El argumento del diputado casualmente coincide con los de otros actores políticos de derecha (léase alcalde de Monterrey y líder de la CANACO) que, bajo una supuesta preocupación por el bienestar de la población, aprovechan los argumentos ecologistas para acabar con una manera de hacer economía con la que nunca han estado de acuerdo pero que la sociedad legitima cotidianamente, el comercio informal (comercio socialmente legítimo).

Fatal es construir un estadio en terrenos que naturalmente pertenecen a un río y su cause, fatal es seguir atravesando viviendas, fraccionamientos, centros comerciales, avenidas, autopistas y hasta estadios en cañadas, arroyos y afluentes naturales de agua. ¿Cancelarán las autoridades los permisos de construcción que ya dieron, revocarán los cambios de uso de suelo que ya hicieron? ¿Estarán al pendiente de ello como lo estarán desde este fin de semana para que no se instalen los puesteros debajo del puente del Papa?

Precisamente porque es un río, en el Santa Catarina los comerciantes no construyeron más que estructuras de metal desmontables, y precisamente por eso, también, las canchas que había sobre el río eran de simple tierra, precisamente por eso ni comerciantes ni deportistas se habían preocupado por invertir en un terreno que saben que es prestado (por su propietario el agua). Precisamente porque es un río, diputados como Robledo jamás debieron aprobar la sesión de terrenos de La Pastora, como jamás debieron aprobar la construcción de fraccionamientos en las muchas cañadas y ríos secos del área metropolitana y sus alrededores (que gracias a esta política expansionista pronto dejarán de ser alrededores, por cierto).

Lo fatal no es vender mercancías en un río cada fin de semana, lo fatal es permitir que toneladas de cemento invadan el cause natural del agua. Lo fatal será ver a los políticos felicitándose por reconstruir justo ahí en donde ya quedó claro que no hay que construir, lo fatal será no aprender que el agua corriendo por el cause natural de un río no es ninguna desgracia, y que desgracia sí es invadir sus causes. En el mercado San Luisito nadie murió, y eran una minoría los comerciantes que dejaron ahí sus mercancías. La fatalidad está en otro lado señor diputado.

Efrén Sandoval

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