viernes, 10 de julio de 2015

Una gran burla: paisajismo del estadio BBVA Bancomer-FEMSA

por Ximena Peredo

Dicen que toda atrocidad es capaz de encontrar un relato que la justifique pero decir que el estacionamiento del estadio es un bosque porque se plantarán mil 100 árboles "nuevos" ni siquiera se sostiene discursivamente. 



Este despacho de paisajismo está en la lógica del mercado que al cliente le vende lo que quiere oír aunque se hundan con ellos. Porque ¿cómo se atreven a negar que ahí había un bosque siendo que existe documentación del INEGI, y de la misma dependencia de Parques y Vida Silvestre que así lo demuestra y en cambio se atreven a llamarle bosque a su estacionamiento? 

Tres especies de árboles plantadas bajo diseño para interactuar con decenas de miles de personas los fines de semana y con tráfico de vehículos jamás será un bosque. Los bosques son ecosistemas integrales que se distinguen por su biodiversidad, por la red de organismos vivos codependientes. 


Para colmo se sigue vendiendo como un proyecto que regenerará "el último río vivo de la ciudad" y le están dando en la torre, destruyendo su paisaje natural para convertirlo en una suerte de naturaleza diseñada, consumible, con su andador que rompe el corredor biológico y que ha expulsado a la brava a los antiguos habitantes de ese ecosistema

Y ya por último, no es que me vaya a poner a contarles los árboles pero en el decreto 59 los diputaduchos entregaron La Pastora a FEMSA con la condición de que fueran 2 mil árboles. Luego la empresa en sus desplegados habló de 4 mil y hoy aquí en el render nos dicen mil 100. Qué tragedia que el dinero venga a romper con la lógica más lógica que es la de respetar el hábitat en el que vivimos.



Imagen tomada del video.

martes, 7 de julio de 2015

Google Earth‬ muestra la deforestación de La Pastora‬ por el Estadio BBVA Bancomer‬ (GIF)

Este GIF muestra la deforestación que sufrió la zona de La Pastora con la construcción del estadio de FEMSA para su equipo de fútbol Rayados de Monterrey, con el apoyo de los gobiernos federal, estatal y municipal y del Congreso local.

Elaborado por el Arq. Alejandro Acosta


.

lunes, 22 de junio de 2015

lunes, 8 de julio de 2013

Así se adueña del agua Femsa (El Barrio Antiguo)





Crónica de Daniela García publicada en la edición No. 10 de El Barrio Antiguo.
Aquí pueden descargar el PDF


Así se adueña del agua FEMSA

¿La construcción de un nuevo estadio de futbol puede ser la fachada para un negocio vital?

A finales de la década de los 70, los habitantes de Coatepec, un pueblo ubicado a unos kilómetros de Xalapa, Veracruz, vieron con asombro cómo grandes empresas industriales se instalaron en las afueras. Firmas como Coca Cola y Nestlé compraron quintas y ranchos rodeados de lagos y manantiales llenos del agua cristalina que mantenían al lugar vivo y verde.

Primero los habitantes se alegraron de contar con nuevas fuentes de trabajo en una zona donde la mayoría de los empleos están relacionados con la siembra, recolección o venta de café. Además, la llegada de las empresas trasnacionales les permitió obtener productos de la canasta básica a un precio más accesible.

Parecía que después de tanto tiempo la exuberancia de su tierra recibiría los frutos del progreso.

Coatepec está catalogado como “Pueblo Mágico”. Lo mágico del lugar reside en la espesa vegetación que lo rodea, en sus cerros llenos de cataratas y manantiales de agua pura que bajan y cruzan las zonas urbanas. Pero tras la llegada de Coca Cola y Nestlé, no pasó mucho tiempo para que los habitantes de Coatepec se dieran cuenta de que estas se habían adueñado de las represas de agua que alguna vez les pertenecieron: en un convenio con el Gobierno de Veracruz y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) obtuvieron concesiones por casi el 80 por ciento de los mantos acuíferos de la zona. En el 2013, más de 40 años después, los ríos que cruzan las zonas urbanas no tienen nada de cristalinos y se percibe un olor rancio proveniente de las corrientes. Además, existe una escasez de agua en todo el estado y poco hay que puedan hacer para recuperar el agua que por convenio le pertenece a las empresas.

Debido a la privatización de los mantos acuíferos de la región, es necesario acarrear agua para consumo humano desde el estado vecino de Puebla. Así se abastecen las necesidades diarias, no sólo de Coatepec, sino también de la capital, Xalapa, y de otras ciudades del estado. Esto les cuesta a los ciudadanos más de lo que le cuesta a las empresas hacer uso de los mantos concesionados. Las dificultades de abastecimiento del agua potable contrastan con los montes, arroyos, lagos y manantiales que adornan los paisajes del estado, el cual es el que recibe más escurrimiento de agua en todo el país. Hasta 33 por ciento del total de agua del estado termina en manos de las grandes industrias. Los habitantes de Coatepec miran el desfile del agua… siempre del otro lado del muro.

II

En Monterrey, Nuevo León, se vive una historia similar en las calles de la zona metropolitana: la empresa Fomento Económico Mexicano (Femsa), a la cual pertenece Coca Cola y hasta el 2012 tuvo alianza con Nestlé, se ha hecho de un terreno importante en el parque La Pastora, asiento de uno de los pocos mantos acuíferos subterráneos del área metropolitana de Monterrey. En esta área, la empresa que actualmente utiliza para sus procesos industriales agua traída directamente desde Saltillo, planea construir un estadio de futbol.

Entre el tráfico de la ciudad, a tan sólo unos minutos del centro de Monterrey y al pie del Cerro de la Silla, se encuentra el parque La Pastora: un bosquecito rodeado de avenidas llenas de carros apretujados en el tráfico y bordeado con colonias que alojan a cientos de familias. Bajo la superficie del parque, una importante cantidad de agua ha permanecido escondida y alejada de los ojos de los regiomontanos. Durante años, esta reserva de agua permaneció oculta y su existencia no se trató más que como un simple rumor. Actualmente, la tranquilidad del sitio se ve perturbada por el movimiento: la empresa transnacional Femsa adquirió una concesión por par- te del Estado de Nuevo León para construir en el terreno el imponente estadio de futbol que alojará al equipo local de los Rayados de Monterrey.

Poco más de 500 trabajadores se reúnen todos los días bajo el sol rabioso del verano y realizan diferentes tareas: se montan sobre máquinas que excavan el terreno, acomodan y reacomodan las altas vigas que soportarán la construcción del estadio, rellenan de concreto los cimientos. Si se transita sobre la avenida Pablo Livas, justo a un lado de donde se encuentra la obra todavía gris, se puede apreciar ya la forma del estadio: ovalada, alta, majestuosa.

Las visitas a la construcción están restringidas y hace falta un permiso tan- to de la empresa Femsa como del Club de Rayados para poder ingresar y recibir un tour por el interior del terreno, alrededor y al interior del futuro estadio. Este tour es proporcionado con mucha reticencia. En el recorrido ya se pueden apreciar unas gradas en donde se sentarán las personas que paguen por un boleto para los partidos de futbol o los que decidan adquirir abono. Justo arriba, señalan los encargados del tour -trabajadores de las empresas constructoras subcontratadas por Femsa- estarán los palcos vitalicios privados, cuyos precios llegarán hasta los 13 millones de pesos. Los empleados dirigen el tour hacia la zona donde se establecerán los restaurantes y las tiendas de conveniencia, como si se tratara de la visita a un centro comercial. En dirección contraria se encuentra el lugar en donde estarán los vestidores de los jugadores y árbitros, incluido uno especial para las mujeres árbitras.

Los que no pueden pasar las mallas metálicas son los aficionados del equipo Rayados, quienes se conforman con pararse sobre las avenidas circundantes o en el interior del parque La Pastora. Desde ahí observan el futuro estadio y, con emoción en los ojos, platican que no pueden esperar más para verlo termina- do. “Se te pone la piel chinita”, comenta uno de ellos.

III

Frente a su escritorio, en una pequeña oficina ubicada al sur de Monterrey, uno de los propietarios de una de las compañías que se encargan de la construcción del estadio, se niega a ser identificado con su nombre por temor a represalias, pero confirma la existencia de los mantos acuíferos bajo el terreno donde estará el estadio: “Sí existen, pero no se tocan”. Los constructores fueron informados por los mismos directivos de Femsa: deben mantener los mantos en buen estado. No se pueden perforar, dañar o tocar y todas las maniobras de construcción deben de realizarse con sumo cuidado.

El agua está en un terreno que temporalmente le pertenece a Femsa, pero las leyes federales del país establecen que es un recurso federal, por lo que la empresa no puede usarla a menos que obtenga un permiso de Comisión Nacional del Agua (Conagua). De hecho, el equipo jurídico de Femsa especifica esta circunstancia en el documento de impacto ambiental que desarrolló para apaciguar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el 2010: “Queda prohibido al concesionario [...] explorar o construir pozos domésticos o industriales para extracción de mantos freáticos y extraer o utilizar agua del Río la Silla”.

De forma similar a lo sucedido en Coatepec, Veracruz, si quiere perforar estos pozos, Femsa tan sólo necesitaría que Conagua le diera un permiso que no tiene costo. La concesión del terreno de La Pastora a Femsa es de 60 años, por lo que si buscan explotar un manto acuático para sus labores, les quedarían 57 años para tramitar el permiso correspondiente de Conagua.

IV

Claudia Gómez sale a regar sus plantas todos los días a eso de las cinco de la tarde. Vive justo detrás del futuro estadio de los Rayados. En la parte delantera de su casa, tres grandes árboles adornan la vista, pero un espacio vacío en la acera recuerda la desaparición del cuarto. Cuando la corriente del Río la Silla creció hace tres años, debido al paso del devastador huracán Alex, el cauce se desbordó y arrastró todo lo que encontró a su paso, incluido el arbusto de Claudia. El agua no se llevó sólo árboles, sino también carros, mesas, sillas y hasta colchones. Era un árbol grande, pesado. “Nomás que llueva otra vez así, que nos venga otro huracán y va a volver a pasar- comenta-. Se va a inundar la calle, se va a llevar más árboles y carros y va a ser peor”.

Claudia no es experta en el tema, pero esta información se la dejaron saber ecologistas y activistas sociales que acudieron durante meses a la zona de La Pastora para informar a los vecinos de los peligros que corrían al tener el estadio ahí. “Se hicieron manifestaciones, fuimos al Congreso, hicieron un chorro de cosas. Pero de todos modos lo construyeron, ya sabes cómo funcionan todas esas cosas políticas”.

Fueron 26 hectáreas las que el Gobierno de Nuevo León cedió a Femsa para la construcción del estadio. Éstas representaban una zona verde en donde se podían encontrar diferentes tipos de vegetación, altos árboles que servían como hogar para una cantidad importante de animales pertenecientes a la zona. La Pastora es un pulmón urbano ubicado casi en el centro del municipio de Guadalupe. Fue reducido en un proceso que pasó inadvertido para la mayoría de la sociedad, excepto para los ecologistas y los vecinos que ahora viven preocupados ante la posibilidad de que los azote otra inundación como la que ocurrió el verano del 2010. Temen que otra tormenta ponga en peligro no sólo sus residencias, sino también su seguridad.

El agua que baja por los surcos del Cerro de la Silla atraviesa las colonias que se encuentran en las faldas de la montaña y se encuentran en un punto intermedio, en el parque La Pastora. Esto lo explica, frente a la computadora de su oficina en El Barrio Antiguo de Monterrey, Jorge Longoria, arquitecto urbanista miembro de la asociación civil Vertebra, mientras observa con preocupación el mapa donde se muestran estas corrientes de agua. “No sólo se van a inundar las colonias vecinas cuando llueva”, sostiene mientras seña- la en el mapa el lugar en donde se está construyendo el estadio. “También se les va a inundar el estadio”. Jorge Longoria cree firmemente que el estadio no fue más que la excusa perfecta que usó Femsa para hacerse de los mantos. La excusa perfecta que, además de otorgarles en algún momento la oportunidad de utilizar la importante cantidad de agua que se encuentra en el terreno de 180 hectáreas, les traerá una derrama económica enorme, debido al fanatismo por el futbol en Nuevo León. Además, la única cerveza que se venderá dentro de las instalaciones será Heineken (empresa socia de Femsa). A todo esto se deben sumar los futuros precios de los palcos, los abonos y los boletos de entrada, que en la actualidad ya son sumamente caros en el estadio del Tec de Monterrey y subirán aún más en el nuevo hogar de los Rayados.

En Monterrey, Femsa utiliza agua traída desde Saltillo para realizar sus procesos industriales, embotellamiento de agua y elaboración de refrescos y cerveza, entre otros. Esto, con la justificación de que el agua que llega desde el estado de Coahui- la es más pura que la que existe en Nuevo León, por lo que sale más barato el proceso de depuración final.

V

En Coatepec, desde que las empresas pertenecientes a Femsa absorbieron el agua y forzaron al gobierno local a solicitar abastecimiento en Puebla, se suscitaron algunos problemas en la zona. En una ocasión, a inicios del 2012, los habitantes de Puebla decidieron que el agua de su estado era suya y no tenían por qué otorgársela a otro estado sólo porque los gobernantes habían llegado a un acuerdo en alguna ocasión. En Sonora ocurrió un fenómeno similar cuando al quedar seco Hermosillo, el gobernador Guillermo Elías Padrés elaboró un proyecto llamado Acueducto Independiencia para traer agua a su estado desde la cuenca de Ciudad Obregón y los territorios de los Yaquis. Las peleas siguen aún hoy en día por parte de las tribus y los ciudadanos que claman porque se deje de agotar indiscriminadamente todas las cuencas del estado en lugar de establecer un proceso de regeneración del agua local.

La presión de las llaves, de las regaderas y de los lavamanos se vio disminuida en Xalapa. La ciudadanía temió por la falta del líquido. Durante dos semanas, sólo era posible acceder a un pequeño chorro que viajaba lentamente por las tuberías hasta los hogares xalapeños. “Nos teníamos que bañar con cubetas”, recuerda Don Manuel, sentado en las escaleras de la catedral, frente al Palacio Municipal de Coatepec, mientras observa a sus compañeros que frente al Ayuntamiento sostienen carteles con consignas de “No más promesas”. Al recordar el corte de agua que vivieron meses atrás, Don Manuel se ríe: “Ni en el rancho, cuando era niño. Al menos allá se podía uno meter a bañar al río”.

Mientras ordena una taza de café en un típico y acogedor restaurant en el centro de Xalapa, Rafael Arías Hernández, profesor de la Universidad de Veracruz, define como grave lo que sucede en la zona. Ve una falta de interés por parte de los ciudadanos: “en Veracruz tenemos mucho escurrimiento de agua. Lo chistoso es que también a los veracruzanos se les escurre todo. No les importa la situación”. Los cerros que rodean Xalapa son verdes. Los jardines, las plazas y las plantas que adornan la ciudad muestran la misma tonalidad de colores vivos que rara vez se pueden encontrar en Monterrey. “Hay mucha agua, pero se puede ver que ya empezó la sequía”. Es difícil, si se observa con un ojo inexperto, ver la sequía a la que se refiere ya que la sequía de Veracruz es más tangible a la hora de beber agua. “El agua de los lavamanos, de las mangueras y de la regadera no es potable”, advierte. En Xalapa no pasean las personas por las calles y abren una manguera para poder saciar su sed cuando se vuelve insoportable: podrían enfermar con demasiada facilidad. El agua embotellada es su única opción y quien la vende es la misma empresa que se apoderó de sus aguas, a precios ridículos. Una botella de agua en Veracruz puede costar lo mismo que una cerveza de Femsa.

A ocho kilómetros de Xalapa, entre montañas y valles se encuentra Coatepec, famoso por su café de altura. Existe la broma entre sus habitantes de que cuando se toma el camión de Xalapa hacía el pequeño pueblito, uno puede saber que la parada se acerca porque se empieza a percibir el aroma a café tostado en las cafeterías… y es cierto. En cada calle del centro se pueden encontrar al menos tres o cuatro cafeterías por cuadra. Las fincas de café rodean la zona y los cafetaleros son personas respetadas y reconocidas por su trabajo. El café, además del turismo, es su principal fuente de ingreso.

Javier, un hombre mayor de 60 años, trabaja en el Museo del Café,que también funciona como finca de cultivo que perteneciente a la familia Apan, reconocida por tener un café de calidad. Javier ha trabajado toda su vida en torno al café y probablemente así morirá. Su hijo, sin embargo, trabaja para Coca Cola. “La empresa se acaba el agua, pero al menos da trabajo”, observa Javier.

Cuauhtémoc Apan, su jefe, se muestra de acuerdo con él pero es más atinado y directo a la hora de señalar la falta de agua de la región: “¿Cómo puede ser posible que siendo Veracruz tan rico en agua, el agua que reciben para uso humano deba de ser llevada desde Puebla?”, medita recargado en la pared en las afueras de su casa, que al igual que el resto de los domicilios en la zona, se encuentra rodeada de plantas verdes. “Es preferible que falte agua para riego y ganadería, que para uso humano. Y eso es lo que pasa aquí”.

martes, 16 de abril de 2013

Avanza estadio rayado, pero no el Gran Parque (INFO7)

Foto: INFO7



Según información que ha difundido la empresa Femsa, el estadio de los Rayados del Monterrey que tendrá capacidad para 50 mil personas lleva un avance de más de 50% y se contempla inaugurarlo en junio del años siguiente

16/Abr/13 11:48
Por: David Torres

Info7 - Pero las obras que ni siquiera han arrancado son las del Gran Parque Río La Silla que también está a cargo de la misma empresa.

Ese proyecto, cuya inversión por parte de Femsa se tasó en 80 millones de pesos, tiene la finalidad de rehabilitar y unir a los parques La Pastora, Tolteca, Ecológico La Silla, Gudalupeke y Ciudad Despierta del municipio de Guadalupe.

El banderazo de arranque de construcción se dio el 22 de marzo del año pasado por por parte de directivos de la empresa, el gobernador y la entonces alcaldesa, Ivonne Álvarez..

Desde el Ángel del 7, helicóptero de Azteca Noreste, se apreció el avance del estadio, pero no así de las obras en las 166 hectáreas que comprendería el Gran Parque Río La Silla.

En el evento del banderazo, el directivo de los Rayados, José González Ornelas, prometió que las obras quedarían concluidas en seis meses pues ya contaban con permisos municipales, estatales y faltan algunos federales.

Ha pasado más de un año y no ha iniciado lo cual generó un airado reclamo del alcalde de Guadalupe, César Garza, el pasado febrero.

El proyecto del Gran Parque Río La Silla surgió a raíz de que a la empresa Femsa se le dio un comodato de 60 años de un terreno del Parque La Pastora en el cual construye su estadio que es colindante con el río y los citados parques.

URL: http://www.info7.com.mx/a/noticia/385705

Foto: INFO7

martes, 12 de febrero de 2013

Le meten goliza al ecosistema (La Razón)

Le meten goliza al ecosistema





La construcción del Estadio de Futbol Monterrey en La Pastora debe ser mejor vigilada

En diferentes medios de la localidad ha salido publicado que la construcción del Estadio del Monterrey lleva ya un 38 por ciento de avance, pero nadie voltea a ver las consecuencias negativas que esta edificación trae.
Aunque distintas asociaciones ambientalistas se opusieron a la construcción en la zona del Bosque de La Pastora de dicho estadio, las autoridades dieron finalmente su aprobación y las obras se iniciaron el año pasado.
Pero para que esta autorización se pudiera dar, la Semarnat emitió una serie de condicionantes que FEMSA, en calidad de constructor, debería de cumplir, y corresponde tanto a dicha dependencia, como a la Profepa, el vigilar que se lleven a cabo.
Al parecer, esas condicionantes, hasta la fecha, no se han cumplido en su totalidad.
Y estas condicionantes encierran aspectos como el sembrar una cierta cantidad de árboles en otro lugar, que el polvo que se levante por la tala y construcción del inmueble se debe de manejar de cierta forma que no afecte a los vecinos, o que los residuos sólidos se les dé un adecuado tratamiento, entre otras cosas.
Daños irreversibles

Para el biólogo y defensor ambientalista, Antonio Hernández, de entre los daños que ya son irreversibles, se encuentra el desequilibrio al ecosistema que se da al desmontar las 16 hectáreas que comprende el terreno del Estadio.
“Al desmontar, todos los animales que vivían en esas 16 hectáreas son obligados a moverse hacia otro sector de La Pastora, y eso provoca desequilibrio”, comentó.
El ejemplo lo da al imaginar a una familia de cinco personas que vive en una casa cómodamente y que de repente les lleguen otras cinco a vivir porque les quitaron su casa. Las condiciones de vida no van a ser las mismas, indicó el biólogo.
“El desequilibrio es tanto para los animales que son obligados a moverse, como para los que tienen que ceder terreno por la sobrepoblación”.
Además, el trabajo de oxigenación que realizaban los árboles talados, por ya no existir afectan la calidad del aire de la ciudad, que de por sí ya está bastante contaminado.
“Si le aumentamos los trabajos de desazolve del Río La Silla que Conagua y Agua y Drenaje realizan, y la tala de árboles que ahora se ha dado a conocer, pues son trabajos muy degradantes y agresivos para los ecosistemas”, aclaró.
A cuidar lo que queda

Esta zona requiere de una urgente y especial atención. No se ha informado ni cuántos, ni en dónde FEMSA ha plantado los árboles que le exige la Semarnat por haber talado los que le estorbaban en La Pastora.
“Los directivos de FEMSA planean plantar árboles en estacionamientos o los camellones que hay en la ciudad, lo que no tendrá el mismo impacto que el estar en una zona juntos, y nunca, aunque cumplan con lo que se comprometieron, se podrá lograr el mismo efecto positivo para darle mejor calidad al aire de la ciudad”, comentó Hernández.
Existe otra situación referente a esta construcción, pues dos caídas naturales de los excesos de agua que vienen del Cerro de la Silla pasan precisamente por donde se construye la nueva casa del Monterrey.
“Existe el problema de la hidrología de la zona, que sabemos que por ahí bajaban dos arroyos tributarios del Río La Silla, en el cual FEMSA hace una propuesta de canalización, pero no se sabe si ya lo realizaron y en temporada de lluvias fuertes, se da un arrastre impresionante de suelo y puede llegar a ser peligroso si no está bien canalizado”, aclaró el experto.
En un tercer punto a vigilar, se concentra en el tema de la vialidad, o sea, el caos que generará en las avenidas que circundan al Estadio y que en base a estudios, no están preparadas para recibir la concentración de más de 50 mil personas, situación que se presentará los sábados cada 15 días durante la mayor parte del año.
“No hay espacios suficientes para acomodar los vehículos de las personas que van a acudir al Estadio, había una fotografía muy reveladora, porque además de los estacionamientos formales, y digo formales, porque las calles de las personas que viven alrededor del estadio, están contemplados como estacionamiento, y hay un círculo alrededor del Estadio que se marca también para eso, y en el aspecto de fluidez y vialidad en los alrededores, están haciendo un puente en el cruce de La Américas que no creo que sea suficiente para solventar ese problema”, dijo Hernández.
De todos estos aspectos, el problema no afecta solo a los vecinos circundantes, ni a la comunidad en general, sino que para la misma FEMSA puede resultar en un caos que les traería más perjuicios que beneficios.
En el pecado tendrían su propia penitencia.

martes, 5 de febrero de 2013

Deforestan La Pastora (El Porvenir)


Deforestan La Pastora

Por: El Porvenir / Jorge Maldonado Díaz, Martes, 05 de Febrero de 2013

Desde hace varios días parte de los terrenos que comprenden al Parque La Pastora están siendo deforestados.

Monterrey, NL.- Esta zona se ubica sobre la avenida Las Américas a un costado del Río La Silla en zona que aun pertenece a este parque, propiedad del gobierno del estado.

Maquinaria pesada trabaja desmontando la hierba y quitando los enormes árboles que cuentan con más de 150 años de antigüedad.

Además, personal de la constructora ha depositados enormes tubos de concreto entre los árboles y arbustos que no se sabe en qué serán utilizados.

“De repente llegaron varios hombres y quitaron la malla ciclónica del parque, se metieron y las máquinas comenzaron a tumbar los enormes arboles, en su mayoría encinos y sabinos”, señalo Teresa, vecina de la colonia La Pastora.

En un recorrido realizado por El Porvenir se pudo constatar que el terreno abarca más de 500 metros ya dañados por la pesada maquinaria.

Incluso, parte de rio que sale del interior del parque luce deforestado, con sus enormes árboles ya secos por tanto trabajo que se ha realizado en el lugar.

“Anteriormente en la zona había andadores y fuentes de sodas que formaban parte de la atracción del parque, pero el gobierno fue descuidando esta zona, aun así los sabinos y encinos fueron creciendo, de pronto llegaron los trabajadores y sin que nadie les dijera nada los comenzaron a tumbar”, expresó Arnulfo, vecino de la colonia aledaña al parque.

En el lugar, aparte de los enormes tubos de concreto se pudo observar los troncos de los arboles ya deforestados todos amontonados a la vista de todos.

Cabe señalar que Organismos No Gubernamentales ya habían denunciado la tala de encinos y sabinos a consecuencia de los trabajos de desazolve que se estaban realizando en el Río La Silla pero no al interior del Parque La Pastora.

También hay que señalar que esta deforestación no forma parte de la construcción del estadio de futbol de los Rayados de Monterrey.

“Las autoridades deberían de poner un alto total, primero la tala de árboles por la construcción del estadio, después por el desazolve del río y ahora no sabemos por qué al interior del Parque La Pastora, a que se debe tanto maltrato al medio ambiente”, informó una de las vecinas.

Según cifras del gobierno de Nuevo León, el estado tiene un déficit de cerca de medio millón de árboles.

Y para llevar a cabo la tarea de volver a plantar este medio millón de árboles, para cubrir el déficit que se tiene se llevará mucho tiempo.

A pesar de todo esto, de las protestas de los vecinos y críticas de los Organismos No Gubernamentales, los trabajos al interior de este lugar continúan.