18 de marzo de 2011
De la controversia mediática entre Femsa y Semarnat (que no es un recurso legal) se desprende que, en apariencia, está a discusión un tecnicismo de traducción al lenguaje geodésico.
Semarnat afirma que Femsa no entregó la documentación en el formato adecuado, regulado por los protocolos que debería cumplir y que, por lo tanto, una vez analizados, se consideraron insuficientes para aclarar la ubicación del inmueble sobre el que se pretende construir el Estadio. Este es el fondo de la cuestión.
Existe la posibilidad legal, no mediática, de que la empresa se inconforme con la resolución de Semarnat. Para eso están los tribunales. Pero lo que está a debate no es si el predio está en Cadereyta o en Guadalupe. Lo que se discute es si las coordenadas señaladas en la promoción permiten o no a la autoridad precisar la ubicación del predio. Semarnat afirma que esa respuesta ya fue analizada y que se consideró insuficiente.
Es altamente probable que el error se haya gestado en el Congreso local y que el predio cedido no corresponda al pedido que hiciera la empresa FEMSA. Esto quedará esclarecido en breve.
De cualquier forma, existen otros vicios e irregularidades procedimentales que, en su oportunidad, se harán valer. Al final, será muy difícil que el pretendido proyecto pueda sortear todo un marco legal creado para impedir la degradación ambiental y el ecocidio.
El Colectivo Ciudadano en Defensa de la Pastora llama a la empresa FEMSA a reconsiderar los costos sociales, políticos y económicos de arrebatar a la Ciudad el último bosque y uno de los pocos ecosistemas integrales dentro de la mancha urbana.
La contaminación ambiental cuyos índices se dispararon en los últimos años, aunada a la pérdida del 30 por ciento de biomasa forestal tras la helada de principios de febrero, obliga a la empresa a replantear su proyecto y a mudarlo fuera de un espacio con inminente vocación ecológica. Raya en el ridículo el absurdo de permanecer en un modelo de desarrollo depredador. Así construimos las Ciudades durante muchos años, tantos como los que nos llevarán revertir el desastre urbano ecológico.
Hay otros espacios en donde el estadio ya hubiera sido construido sin dilapidar tiempo ni prestigio. Si el estadio Rayado está “trabado” es precisamente porque la empresa se empecinó en construir en espacios protegidos por una estricta normativa de protección ambiental. La afición Rayada podría llamar a los directivos de esta empresa a que reconsidere la sede del coloso albiazul no sólo en términos de practicidad sino como un acto solidario y responsable hacia la comunidad y hacia los regiomontanos que están por venir. No podemos prescindir de los servicios ambientales que presta La Pastora. Ya no. No podemos perder un metro cuadrado de área verde. En cambio, el estadio podría detonar un desarrollo social y económico en zonas de la Ciudad que requieren este impulso.
Sí al estadio, pero en otro lado.
COLECTIVO CIUDADANO EN DEFENSA DE LA PASTORA
excelente defensa ambiental,la pastora vale mucho mas que veinte estadios de futbol.Ahora a sembrar miles de arboles ahi para tener un bellidimo bosque urbano,que capture bioxido de carbono y sea fuente de agua para los mantos freáticos.Ademas de un enorme habitat para la fauna silvestre.digno de los ciudadanos exitosos,de todas las clases sociales.gracias tovalin.felicidades.
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