Created 09/12/2010 - 13:04
Francisco Zúñiga
- Un expediente pendiente por la destrucción de algunas áreas naturales en La Pastora, impide que se expida el permiso.
- El proyecto se encuentra detenido.
Monterrey, NL.- En estos momentos técnicamente es imposible que la Semarnat dé su autorización para la construcción del estadio de futbol de los Rayados del Monterrey, en los terrenos de La Pastora.
El titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Francisco Treviño Cabello, comentó que la normativa impide que se expida un permiso cuando existe un proceso pendiente.
En este caso recordó que hay un expediente abierto por parte de la Profepa, debido a que una empresa contratada para limpiar la zona donde se instalaría el estadio, destruyó algunas áreas.
Ante esto, se le envió la semana pasada un citatorio a dicha empresa y a Femsa, para que presenten sus argumentos sobre el caso; tienen 20 días hábiles para ello y el plazo se vence el 21 de enero.
En esa fecha, dijo, comenzarán los trámites para dar una resolución que podría terminar en una sanción.
En caso de ser encontradas culpables, ambas empresas estarían condicionadas para reparar el daño.
Al respecto, Brenda Sánchez Castro, delegada de la Semarnat, mencionó que no han recibido petición por parte de Femsa u otro organismo para la construcción del estadio de Rayados.
Señaló que se tienen que presentar dos estudios de factibilidad que deben ser revisados por un perito especializado, una vez que los tengan se pone un oficio y la Semarnat analizará el caso.
Antecedentes
Sin incluir un solo punto que obligue a la empresa beneficiaria a construir vialidades, el Congreso del Estado aprobó, antes de irse de vacaciones, el 31 de marzo, el comodato de dos terrenos con superficie de 26 hectáreas para edificar el estadio de los Rayados del Monterrey.
Al día siguiente, a habitantes de la colonia Tolteca, se les intentó convencer de las bondades de la obra, llevadas por el diputado del PAN, Alfonso Robledo.
“Qué tristeza que al llegar nosotros iban saliendo gente del Panal, los dos diputados (Jorge Santiago Alanís y José Ángel Alvarado), ahí fue donde supimos que vinieron a negociar”, declaró Arely Valadez, una de las inconformes.
El ambientalista Guillermo Martínez Berlanga afirmó que se rumora que habría pago de favores políticos a futuro, “Ellos (los diputados) dicen que recibieron presiones, ¿por qué no las denuncian? Hay quien dice que los diputados se prestaron, porque la empresa les va a pagar campañas políticas en el futuro; los diputados o son corruptos o son muy ignorantes, no pasarán los estudios de impacto ambiental en la Semarnat”, dijo.
“El procedimiento de aprobación en el Congreso Local fue oscuro, poco transparente, nunca pudimos hablar en comisiones, nos rodearon los policías y nos tomaron el pelo a los ecologistas”, expresó.
Pasaron los días, la alcaldesa de Guadalupe era la principal promotora del proyecto, la CNA decía que a ellos ni les habían avisado; los vecinos inconformes.
Todos se amparan
Un mes después a la autorización en el Congreso, el 30 de abril, Luis Gerardo Vázquez, abogado y representante del Colectivo Ciudadano en Defensa de La Pastora, mencionó, “Nos reunimos para presentar el primer amparo en contra de la construcción del estadio del Monterrey, pues nos sentimos indignados por la forma en que se expidió ese decreto y sí creemos que violan nuestras garantías individuales en cuanto a tener un ambiente digno; creemos que La Pastora ya es uno de los últimos pulmones de la ciudad y acabar con el de esta forma no es algo que vaya a beneficiar a futuro”, señaló el abogado.
Llegó el huracán Alex, más polémica en el asunto, el gobierno se amparaba contra la Profepa, el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa desechó el amparo interpuesto por Gobierno del Estado contra la clausura del terreno donde se construirá el estadio de los Rayados y dejó a Profepa en libertad de actuar a futuro en ese lugar.
Peligro latente
Diás después, el diputado local Arturo Benavides compartió testimonio gráfico de cómo se afecta la zona de La Pastora ante una tormenta tropical, lo que convierte al estadio en un riesgo latente, por ser una represa natural al paso del agua del río La Silla.
“Si hubiera estado construido el estadio se hubiera hecho una represa ahí, hubiera aumentado el nivel del agua y afectado las colonias aledañas al parque”, explicó el congresista.
Llegó el Día D, Gobierno y Femsa firmaban el acuerdo, 24 hectáreas que el gobierno de Nuevo León cedió en concesión a la empresa para la realización del proyecto; los opositores seguían, siguen, firmes en poder “tumbar” el proyecto.
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